jueves, 24 de septiembre de 2009

INNER ODDYTY





Últimamente no soporto a la gente, no sé si sea intolerancia o una simple etapa , lo que si sé, es que entre mis demonios internos y esta aversión a la compañía, las odiseas internas se han vuelto más frecuentes y necesarias en busca de salud mental. Supongo que esto es a lo que llaman Tener algunos cadáveres en el closet”; a los que por cierto, oigo de vez en cuando empujando la puerta y cantando todos juntos: “soplaré, soplaré y tu felicidad derribaré”. Así que me escondo, ya sea a la luz de un libro, o en un recuerdo cálido del que nunca hablo para mantenerlo en secreto, y sentirme a salvo en estos casos pero, estos fantasmas le han aprendido algo a mis obsesiones y es: a no darse por vencidos, así que siempre me encuentran. El asunto es qué: estas pesadillas con ínfulas de recuerdos y rencores amargos, tienen más fuerza de voluntad que yo. Sin embargo no puedo odiarlos, son mis hijos yo los he alimentado, y por supuesto les he dado una habitación confortable, donde ni siquiera, mujeres con grandes tetas y corazones fríos encontraron guarida; lo que ya es mucho decir, por que tales rencores y dolencias no nacieron en mi negro corazón, yo sólo los he hecho más fuertes.
Ya lo decía mi viejo papi: “Guardar rencores, es como jugar a la ruleta rusa con mas de dos balas en el cargador”, así qué enfundo una vez más el arma, y me prescribo soledad para alejarme lo más que pueda del salón de apuestas, esperando que mis fantasmas se entretengan jugando pocker con mis absurdos.
Evoco los recuerdos más lejanos de qué tengo memoria (me acompaña un arrullo que he hurtado del Café Tacuba): las salidas de campamento en la secundaria, las platicas con mamá, mi primera novia, mis hermanos intentando por enésima vez hundir mi cara en el pastel de cumpleaños; pero hasta acá han llegado mis rencores, y me hacen preguntarme si hay vida en Marte, y si algún microbús sale a esta hora para allá.
Que ganas de flotar cinco minutos en el espacio en medio de la nada, alejado de todos y de todo ahogando rencores y recuerdos dolorosos, en el estruendoso y solitario sonido de mi corazón. Como el mayor Tom de Bowie, en Space Oddity , contemplando desde la atmósfera nuestro planeta cansado, añil, sobreviviente. Cómo no imaginarlo, si paso cinco minutos al día allá arriba, con los pies bien plantados en el la luna, curtiendo saleas de tristezas, haciendo suéteres con ellas para no pasar frío. Esforzándome por justificar lo que hace regresar al closet a estos cadáveres, lo que me hace levantarme de la cama como un Lázaro incrédulo y delirante día a día.
A veces parece que el espacio exterior y el interior son de iguales dimensiones, y la odisea interna se antoja tan extensa y peligrosa, que hacen falta herramientas más poderosas que la intuición para no perderse.
Antenoche, vagabundeando en una de esas odiseas interiores, recordé una cita de Italo Calvino, poderosa, alquímica, que sin duda servirá para deportar algunos demonios al closet, es la reflexión de Marco Polo en su conversación con Kublai Jan en Las ciudades invisibles (Ed. Minotauro, Buenos Aires): "" El infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es el que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo ya. La segunda es arriesgada y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno no es infierno. Y hacerlo durar, y darle espacio""
Trato pues, en medio de este exilio auto impuesto, saber quién y qué, dentro y fuera de mi no es infierno, para hacerlo durar y darle espacio…
Israel Junahan
25/09/09

1 comentario:

Elphaba dijo...

¿Can you hear me, Mayor Tom?

Suele pasar, a veces hasta resulta divertido convocar a una fiesta de fantasmas y demonios, siempre y cuando una vez que termine los vuelvas a guardar en el closet y no olvides que hay un mundo afuera.

Ah! y eso de odiar a la gente es bastante normal... ¿o no?

Un abrazo, señor, se le extraña por mi Blog....